EL ERROR DE LA OMS CON LOS EDULCORANTES

EL ERROR DE LA OMS CON LOS EDULCORANTES

Debido a un discutible y poco fundamentado informe de la OMS con respecto del uso de edulcorantes hipocalóricos y acalóricos, y debido al pésimo contenido del mismo, como químico farmacéutico especializado en asuntos regulatorios y director técnico de desde hace más de veinte años de empresas en el ámbito alimentario, y en especial en los productos de Stevia rebaudiana, elevo este informe a quien corresponda.
INTRODUCCIÓN
Desde el origen de la humanidad, nuestra especie ha desarrollado muchas estrategias para su supervivencia, y una de ellas es una universal apetencia por el gusto dulce y desconfianza por el amargo. Esto se debe a que, en nuestra época de recolectores los posibles alimentos que eran dulces solían dar un excelente aporte de energía y los amargos, en cambio, eran muy probablemente tóxicos en algún grado. Lo mismo ocurre con la apetencia por las grasas, y, de hecho, ha sido medido con total consistencia de datos.
Lo primero es entender que existen muchas fuentes de gusto dulce, y que se clasifican:
Edulcorantes Hipocalóricos: Estos edulcorantes contienen algunas calorías, pero en una cantidad significativamente menor en comparación con el azúcar convencional. Son utilizados para endulzar alimentos y bebidas sin aportar tantas calorías. Algunos ejemplos de edulcorantes hipocalóricos son el sorbitol, el xilitol y el maltitol.
Edulcorantes Acalóricos: Estos edulcorantes no contienen calorías y no aumentan el aporte calórico de los alimentos y bebidas en los que se utilizan. Son opciones populares para personas que desean reducir su consumo de calorías o controlar su nivel de azúcar en sangre. Algunos ejemplos de edulcorantes acalóricos son el aspartamo, el sucralosa, el esteviol (extraído de la planta de Stevia) y el neotame.
Edulcorantes Calóricos: Estos edulcorantes son fuentes de calorías y aportan un valor energético similar al del azúcar convencional. Aunque se utilizan para endulzar alimentos y bebidas, es importante tener en cuenta su
contenido calórico al considerar su uso. Ejemplos de edulcorantes calóricos son la miel, el jarabe de maíz y el jarabe de arce.
UN POCO DE CIENCIA
El estudio “Habitual daily intake of a sweet and fatty snack modulates reward processing in humans” fue publicado en la revista Cell Metabolism en abril de 2023. Los autores del estudio son Sharmili Edwin Thanarajah, Alexandra G. Di Felice antonio, Kerstin Albus, Jens C. Brüning, Marc Tittgemeyer y Dana M. Small.

  1. Según el estudio, el consumo diario de alimentos dulces y grasosos reduce la preferencia por los alimentos bajos en grasas.
  2. El estudio muestra que el consumo diario de alimentos altos en grasas y azúcares altera los circuitos cerebrales de recompensa y aumenta la respuesta a los alimentos palatables. (El sistema de recompensas es un conjunto de estructuras cerebrales que se activan cuando experimentamos placer o satisfacción al realizar ciertas actividades o consumir ciertos alimentos. Está compuesto por varias regiones del cerebro, incluyendo el núcleo accumbens, el área tegmental ventral y la corteza prefrontal medial. Cuando se activa el sistema de recompensas, se libera dopamina, un neurotransmisor que nos hace sentir bien y refuerza nuestro comportamiento para buscar más placer o satisfacción en el futuro. Sin embargo, cuando este sistema se activa con demasiada frecuencia (por ejemplo, debido al consumo excesivo de alimentos altos en grasas y azúcares), puede llevar a cambios duraderos en las vías neuronales que pueden afectar negativamente nuestra salud y bienestar.)
  3. El estudio no encontró una correlación entre los cambios en los circuitos cerebrales y la salud metabólica. (esto es importante como veremos).
    Por lo anterior podemos ver lo complejo que es el tema del consumo de alimentos (en especial los procesados), porque la industria sabe de estos datos y preferencia el desarrollo de los productos que estimulan su propio consumo (un ejemplo es las bebidas cola, cuyo altísimo contenido de sal, enmascarado por un dulzor elevado, provoca más sed de la que podría calmar).
    La principal conclusión que se puede sacar de este estudio y de otros muchos, es que el problema del peso en los individuos no es fácil de ser atribuido a causas identificables, y mucho menos a respuestas monocausales, por lo que las correlaciones entre productos individuales con patologías del peso y las asociadas como diabetes o similares, no
    suelen ser clínicamente relevantes, cuando no son directamente contraproducentes, y deben ser dejados en manos de equipos profesionales competentes1.
    LA INCOHERENCIA DE LA OMS
    Esta semana, el ala política de la OMS ha emitido un conjunto de directivas como sugerencia y no prescriptiva, respecto del uso de edulcorantes hipo y acalóricos en el control del peso.
    El informe sugiere que el uso excesivo de edulcorantes sin azúcar puede estar asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Esto se debe a que algunos edulcorantes sin azúcar pueden afectar negativamente la respuesta del cuerpo a la insulina, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, algunos estudios han encontrado una asociación entre el consumo de edulcorantes sin azúcar y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, aunque se necesita más investigación para comprender completamente esta relación.
    Lo importante es que el propio informe marca que las correlaciones son débiles, (y que por lo tanto es arriesgado concluir efecto clínico de las mismas) y que lo que presenta son recomendaciones.
    Además, presenta errores de concepto graves, como identificar el consumo de estos edulcorantes con la búsqueda de pérdida de peso, cuando esa es solamente una de las posibles finalidades, muy inferior al tema de complementar la dieta en muchas patologías severas, y con confundir las consecuencias del exceso como consecuencias del mero consumo.
    Por supuesto que las respuestas fueron inmediatas, como la de la “Organización Internacional de Edulcorantes”2 (ISA por su sigla en inglés).
    La misma rechaza las conclusiones de la OMS porque niega el verdadero valor de los edulcorantes como ayudas de la salud, algo perfectamente documentado. Incluso, muestra las contradicciones con el ala científica de
    1 El problema es la gran industria de la “pérdida de peso express”, que promete soluciones milagrosas utilizando la famosa fantasía de la sociedad de consumo de las “cenas gratis”, es decir, lograr éxito sin el esfuerzo que requiere.
    2 https://www.sweeteners.org/es/la-organizacion-internacional-de-edulcorantes-responde-a-la-directriz-de-la-organizacion-mundial-de-la-salud-sobre-edulcorantes-bajos-en-calorias-sin-calorias/
    la OMS, que realizó un metaanálisis3 del que no se concluye el riesgo mencionado, más que en manera posible4.
    Estas preocupaciones son compartidas con organismos de salud públicos que, incluso fueron consultados por la OMS para elaborar las directivas. Citamos a la ISA: “…La ISA cree que estas pautas deberían haberse basado en la totalidad de las evidencias disponibles, interpretándolas considerando la jerarquía y el peso de las evidencias científicas. La OMS tan solo puede concluir con una recomendación condicional, que no tiene rigor científico, ni está basada en una sólida base empírica o respaldada por las evidencias presentadas en la propia revisión sistemática encargada por la OMS. La ISA comparte además las preocupaciones expresadas por otros actores, incluyendo diversas agencias gubernamentales alrededor del mundo, que también han participado en la consulta pública de la directriz, expresando sus preocupaciones acerca de las conclusiones y la justificación utilizadas por la OMS. De hecho, la ISA está de acuerdo con la Oficina de Salud del Reino Unido, que comentó que «las pautas podrían ir demasiado lejos«, así como con el Departamento de Salud Australiano, que señaló que «la recomendación podría conducir a consecuencias indeseables para la salud de algunas personas«…”
    CONCLUSIONES
    En suma, las directrices parecen estar basadas más en conceptos ideológicos y correlación débil más que en evidencia científica y opinión profesional, y es preocupante que pueda ser tomada por las autoridades como referencia.
    El tema del consumo de estos alimentos es demasiado delicado y su aporte no puede reducirse a un “probable efecto” asociado no con el propio consumo, sino con el exceso del mismo.
    Q.F. Bernardo Borkenztain
    Tel – 093973703
    18/05/2023
    3 https://apps.who.int/iris/handle/10665/353064
    4 Como dijimos, correlacionar el consumo de edulcorantes sin especificar la dieta o condiciones de vida y las otras patologías del individuo es demasiado reduccionista como para que esa correlación sea significativa en lo clínico.