Uno pensaría que, luego de la preponderancia que tuvo en la crisis
del COVD-19, la OMS habría mejorado sus procedimientos y tratado
de eliminar ineficacias tales como lo de las mascarillas faciales, que
pasó de recomendar su no uso a exigirlo en dos semanas aproximadamente, pero, como antes que nada es una ONG internacional, su
característica principal es tener una estructura y cultura totalmente
ajena al concepto de costo-efectividad de las empresas y al de ejecutividad y acción rápida de las organizaciones militares.