LA LITERATURA TÓXICA Y LOS LIBROS DE PORQUERÍA

LA LITERATURA TÓXICA Y LOS LIBROS DE PORQUERÍA

¿Existen los libros de porquería? Es una pregunta que puede generar controversia en el mundo literario. Algunos podrían argumentar que todo libro tiene valor, aunque sea como una lección de lo que no hacer, mientras que otros pueden afirmar que hay ciertos libros que son simplemente una pérdida de tiempo y papel. En mi columna radial “Nada de lo humano nos es ajeno”, del programa “Otra Tarde Negra”, con María Noel Minozzo exploramos este tema y daré mi opinión sobre si realmente existen los libros de porquería. En primer lugar, debemos definir qué entendemos por “libros de porquería”. ¿Son aquellos que tienen una trama débil y personajes poco desarrollados? ¿Son aquellos que están mal escritos y llenos de errores gramaticales? ¿O son aquellos que perpetúan ideas negativas y tóxicas? En realidad, los libros de porquería pueden ser cualquier cosa que alguien considere como tal, y lo que puede ser un libro de porquería para una persona, puede ser una obra maestra para otra. Por supuesto, hay ciertos libros que son ampliamente considerados como malos o de porquería por la mayoría de los lectores y críticos, pero otros generan división. Dicho esto, creo que sí existen los libros de porquería. Hay libros que no tienen ningún valor literario, que están mal escritos y que no ofrecen nada a sus lectores. Pero también creo que, incluso en estos casos, siempre podemos aprender algo. Podemos aprender lo que no debemos hacer como escritores, podemos aprender a reconocer la mala escritura y podemos aprender a ser críticos literarios más informados. Como lectores, es importante ser críticos y reflexivos sobre lo que leemos, pero también es importante recordar que la literatura es un arte y que el valor del arte es subjetivo, pero que en el arte no vale todo y no cualquier cosa es arte. En resumen, sí, creo que existen los libros de porquería, pero también creo que debemos ser cuidadosos al utilizar ese término. Cada libro tiene su lugar y su valor, incluso si ese valor no es evidente a simple vista. Como lectores, es nuestra responsabilidad leer críticamente y reflexionar sobre lo que leemos, y siempre podemos aprender algo, incluso de los libros que consideramos como “porquería”, ya que suelen prender bien para hacer el asado.